El insondable corazón del insensible
imita el camino de los muertos:
con el peso de la tierra,
camina por las calles invisibles,
bajo una intangibilidad sin rumbo
que lo lleva envuelto y desnudo
hacia el presidio de la indiferencia;
su fin único y sempiterno.
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Un poema para exponer la dureza de la indiferencia.
Parece que con su lenguaje directo y profundo invita a reflexionar sobre la fragilidad humana.
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Ciertamente. El hombre sensible por su naturaleza, tratar de contrariarlo tan solo le traería infiernos. Gracias por comentar.
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