Hacia el sol hay una distancia impalpable que no se calcula
se siente…
Lo mismo sucede en la mañana al amanecer
con la claridad del sol rasante
que en la quietud del aire que se despereza
y por las heridas de los haces de luz que perforan la sombra
el bloque de aire se gelatiniza en una especie de neblina amarilla
la intactitud del aire se desvanece
como lo haría al deshilacharse el despertar de un sueño
la hora de las hadas pasa
y solo queda el imperio del sol.
¡Aaaaah! ¡El mediodía es un agosto de resolanas resplandecientes!
Nadie se aventura al zócalo.-
Chane García.
@ChaneGarcia
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Bello poema, ese final tiene un aire tan Octaviopasesco (de Octavio Paz), aunque no necesariamente se parezca mucho a algunos de sus versos.
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Sí, tienes razón… “zócalo” suena como a enorme plaza abierta, de baldosas de ennegrecida piedra rústica… y también esa palabra suena muy a Octavio Paz —un Poetazo de esos que habría valido la pena vivir en su época no sólo por el placer no sólo de conocerlo sino de también tener una sana amistad nutritiva—. ¡¡Tienes muy buen olfato!! Si mi abuela estuviese viva te hubiera dicho: «Usted es de los que ventea una totona a kilómetros» je, je, je, je
Saludos.
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