Identidad

Dios me trajo
con la piel y la voz
desnudas
y una tristeza
infinita
adherida
a mi esqueleto.
En mi sangre
puso
la semilla
de un sollozo
inagotable
que germina
entre las sombras
y se extiende
más allá
de los silencios.

Dios me trajo así:
impuro,
intranquilo,
imperfecto.
Tan falto
de todo.
Tan lleno
de nada.
Tan absurdo.
Tan humano.
Tan leve.
Tan incierto.
Viajero
en una ruta
de inauditos
desencuentros.
Sin otro equipaje
sobre el alma
que el abismo
de mis miedos.

Dios me trajo. Sí.
De ese modo.
Y no sé por qué:
quizá
por puro gusto.
Quizá
por puro tedio.
Y a pesar
del desencanto
que me brota
desde
el fondo
de los sueños,
ante Él me resigno,
me defino
y me confieso
por ser esto que soy:
su obra
y solo eso.

                                                                                             Octubre, 2022
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Maravilloso es saberse imperfecto y siempre necesitado de la misericordia de Dios. Muy hermoso. Un gusto leerte. Saludos cordiales.

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Muchas gracias. Saludos cordiales.

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