Pavorreal que se esponja: fe de la vida;
Hera insinuase: la esperanza aparece;
caridad que sonroja: sangre encendida.
Triada en balance: la razón enloquece…
y en mi pecho convoca gracia crecida,
fuego del ave, corazón que ennoblece:
es la rosa que al verla clava la espina,
es la pausa que eterna canta divina.
Mas cristal es la niña, sólida gema;
miro su rostro y me encuentro a mí mismo,
se refracta mi vida, canta el teorema:
lo formal es gozoso, nace el dualismo.
Vibra la lira, la razón y el poema,
y en corsé bochornoso muere idealismo.
En artista devengo, física llama:
clama el severo caminar en su trama.