Ojalá entender se entienda
nuestra humilde reflexión,
que oportuna es la ocasión
para que en paz se defienda.
Porque ninguna contienda
se resuelva disparando
bombas, sino negociando
las diferencias de frente,
siendo justo y consecuente
de lo que se está jugando.
Si al igual que sus verdugos
por desgracia los judíos,
de sus actos tan impíos
se convierten en tarugos.
Y en auténticos mendrugos
al obviar su propia historia,
cuando al mostrar tanta euforia
tan honestos no lo son,
mientras sin mayor razón
les falla igual la memoria.
Con derecho de pernada
se creen tal vez por ventura,
empuñando su armadura
quizás a capa y espada.
Si la gente asesinada
en su ideario no cuenta,
y aunque alguno se arrepienta
no les devuelve la vida,
cuando en plan cruel y suicida
en sus tierras va y se asienta.