Mísera antorcha, que en tierra desierta
de mis caminos muchos traza errados:
mírate el mundo un día lanzar dados
al pie de la costilla que fue abierta.
Si en monte doctrinal (llama encubierta),
la antigua y siempre joven busca amados:
lino y zarza, a su luz, diste candados
por ver del dado cara descubierta:
Humana condición que al afirmarte
sin vestido, condena cubre seria
tu vergüenza ante dual en la caída,
¿quién eres?, ¿por qué el monte a iluminarte
con aquello que esconde tu miseria,
te ofrece en buena nueva eterna vida?