Hoy no quiero escribir

Sentado en el borde del sofá,
con una pesadumbre en los dedos,
como si fueran de hierro,
y las letras espadas contra el acero.

Intento cruzar las palabras,
hacer de las ideas un texto,
convertir lo idílico en algo,
en hacer leíbles pensamientos.

Pero no. Hoy no quiero escribir.
Quiero más bien fregar los trastos,
mirar la mosca parada en el techo,
holgazanear hasta el cansancio.

Quiero lavar la ropa con las manos,
recordar a mamá en el perfume del jabón rosa,
hacer de cuenta que soy ella,
quiero todo menos escribir su belleza.

Quiero salir a la calle y ver al vecino,
que aun viviendo al lado no podemos estar más lejos:
Yo de ciudad y el nacido en el pueblo,
gentes acostumbradas a esquivar balas.

No quiero escribir, hoy no, ¿para qué?
Sinceramente, quiero huir de las letras,
quiero ser uno con lo que no está escrito,
ser parte de lo que algún día escribirá un poeta.

Hoy solo las palabras serán dichas,
y maldito todo aquel que las escriba,
o siquiera que las piense de más,
incluso que pretenda dibujarlas en el aire.

No quiero escribir y,
sin embargo,
no soy yo quien decide.

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Qué bonito.

Pues para no querer escribir, te quedó un poema-relato que me ha enganchado hasta el final.

:wink:

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Un gustazo leer todo esto que no has querido escribir.
Me encanta el recuerdo de tu madre, ese vecino tan lejano, esa cotidianidad…
Te ha quedado un poema original y hermoso, Daniel.
Un abrazo :four_leaf_clover::four_leaf_clover::four_leaf_clover:

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Llevo tiempo así y lo entiendo perfectamente. Es el ansia de vivir que se come a la palabra. Precioso❤️

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