Dime amor,
¿Quién vestirá de negro
tus alas al viento,
quién cantará a tu hermosura
mientras yo muero?
Anocheció sin ti…
Iluminaba la alcoba
un brasero que hervía,
fuera
un rayo erraba
entre la penumbra
provocado un baile,
que empañaba la luna…
El frío de la noche
es una espada
de doble filo,
habita mi alma
cortante, indómito, esquivo…
Amaneció sin ti,
sin yo notar
que las sombras
se habían escurrido,
que las horas fueron blancas
que fueron horas en vacío,
que fue un reloj
y mi pluma en mano
la que hizo pulsar mi sangre,
en las horas de un insomnio
aguerrido…
“Anocheció sin ti” y a partir de ahí y tras la soberbia pregunta inicial, la poesía está garantizada como así ha sido. Escribes desde el alma que es el mejor de los puntos de partida. Saludos Mercedes.
Eres una gran dama de la poesia, Maria Mercedes… y leerte es transportarse en el espacio tiempo a un entorno delicado y de sentimientos puros. Muchos besos, amiga.