Las horas engreídas se licuaban despacio, con dedos dibujando esas bardas febriles. Todo ocurrió de pronto y parece lejano. Tú lo sabes, cariño, ¿tú sabes lo que siento? Era como de noche, con ventanas al viento. ¿Dónde estaba la risa y la emoción, entonces? Las horas que pasaron, si mal no lo recuerdo, eran plomo disperso que flotaba en el aire. Todo ocurrió aquel día de enredaderas altas, con himnos que sonaban lejanos en la tarde. Pero, ¿Ya no hay nada qué hacer en esta hora lánguida? Hay que quedarse erguida cuidando los rosales; cultivando claveles tan rojos, como siempre. Las horas se licuaban despacio en los vergeles y yo, me resguardaba como Venus serena, que cuidaba tus noches y tus amaneceres.
12 Me gusta
Un escrito tan bello, que merece miles de miradas en él, llenando los ojos y almas de mágicos fulgores!
Me quedo sin palabras, poeta, es único tu estilo!
Un abrazo de flores y estrellas!!
2 Me gusta
Preciosa prosa compañera.
1 me gusta
Tu prosa tan descriptiva, delicada y muy armoniosa, un placer de lectura en tu hora lánguida, poeta!!!
2 Me gusta
Una maravilla Lucia
Felicidades Poeta
Un encanto de poema
Que pases un domingo genial
2 Me gusta
Qué preciosidad de escrito, Lucía.
Feliz domingo .
2 Me gusta
Muy hermoso Lucía, es adorable tu escrito…
Besote enorme desde
2 Me gusta
Maravillosas letras, Lucía!!Dibujas tan bien esos sentimientos!
Abrazos!
2 Me gusta
Velando los matices
Un prosa exquisita. Me encantó
2 Me gusta