Conocieron el amor
quizás antes del momento
y en temporales de viento
conocieron el dolor
desde el alma un gran clamor
destrozados, divididos,
amargos, endurecidos,
primavera de la vida
dañada ya, disminuida,
dos jovencitos vencidos.
Vencidos por el destino
sin fuerzas para volver
ni recuerdos retener
en ese mundo mezquino
semejante desatino,
un terrible desazón
una pálida intención
de recoger los pedazos
de retener los abrazos
los lazos de una canción.
Canción de besos y llanto
las bases de un amorío
que en un terreno baldío
no florecen sin su manto
¡Ay, qué terrible ese canto!
Su fábula no cumplieron,
un cuento de amor vivieron
lánguido e irresoluto,
pero detrás de ese luto,
¡al menos se conocieron!
Hermosas Décimas, querida Alda. Toda una puesta en escena, es tu escrito. Un gusto leerte.
“Canción de besos y llanto
las bases de un amorío
que en un terreno baldío
no florecen sin su manto
¡Ay, qué terrible ese canto!
Su fábula no cumplieron,
un cuento de amor vivieron
lánguido e irresoluto,
pero detrás de ese luto,
¡al menos se conocieron!”
¡Muchas gracias, Ana María!
¡Me gustan mucho las décimas!
¡Las antiguas, la espinela, hasta las irregulares (aunque mi mente matemática me aleja a veces de ellas)!