He escrito esto para ti.
Para ti,
que estas ahí,
mirándome
muerto de miedo,
colgado del precipicio
al otro lado de la página.
Escúchame,
seré si quieres
en estas pocas palabras,
llenas de compasión,
quien te diga como se puede
detener una lágrima.
Seré si quieres,
tu único amigo,
con el que puedas conversar
de lo que no hablas con nadie,
estaré al otro lado
de las estrellas,
en la segunda balda
a la izquierda.
Allí te esperaré
cuando quieras.
Mientras.
Solo debes tenerte confianza ciega.
Todo se arreglará tarde temprano.
Quien dijo que fuera fácil.
Quien no caminó sin tropezarse,
y tú no eres diferente.
Sonríete.
Así que aprieta los dientes,
y grita conmigo:
Quiero vivir.
Quiero creer en la esperanza.
He escrito esto para ti.
Te lo regalo.
Tú regálate la vida.
Agárrate a ella,
corre y sueña.
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Generoso y bello, Francisco! 
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Muy bello. 
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Quizá a algunos les sirvan de refugio tus palabras…hermoso lo que escribiste!
Abrazo, amigo!
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