Hay un brillo en la mañana
que me escama y me conmueve:
fijo, tenso y brillante,
distante, altivo y breve,
imposible no mirarlo
si al dejar de hacerlo duele…
Hay un brillo en la mañana,
de ráfagas de azul y verde
donde ni un suspiro queda,
donde la ternura huyó
a lomos de un copo de nieve;
Pero, hay un brillo en la mañana
y tardes en las que aún llueve
y como cada noche la luna al cielo
tu sonrisa, a mi recuerdo, vuelve.