Hastío

Cae la tarde de nuevo,
hoy igual que ayer,
y es inevitable…
Suena el reloj en la pared:
el tictac inexorable,
el latido del tiempo.

Es la hora de los nervios.
Los humanos se agitan
en las calles de la ciudad;
entre motores y bocinas,
todos huyen con el miedo
contagiados de ansiedad;
entre luces y vitrinas,
en baldíos y avenidas,
todos buscan un remedio:
cada quien con su mentira,
cada quien con su verdad.

Renace la noche de nuevo,
hoy igual que ayer,
y es irremediable…
y cada vez importa menos.
Suena el reloj en la pared:
el tictac inexorable,
el látigo del tiempo.

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Buen poema, compañero.
Bienvenido a Poémame! Saludos.

¡Muchas gracias, María! Saludos para ti también.

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Qué grande!!! :hugs: :heart:

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¡Saludos, Tali! ¡¡Muchas gracias!!

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