Harto de tanto fantoche, yo ya me quito de en medio,
si parar no se consigue, con tanto dichoso asedio
peor será la desgracia, que el encontrar un remedio.
Fácil que por mala vida, por un juez empapelado,
me veo yo con ojeras, por el pueblo señalado,
como suele suceder, de mis dones destronado.
A mí pido por favor, no me cuenten cuentos chinos,
si por creer ya no creo, ni en los poderes divinos,
que dado a cambios de humor, dicen que soy repentinos.