El día que salga el sol y no esté,
recuerda que me guardé dos estrellas
de tu jardín encantado.
No desesperes en danza de llorar por amargura,
compartiremos los tiempos,
gotas verdes, de limón…
Y no me ordenes los libros,
son historias tan precisas en el lugar adecuado.
El día que salga el sol y no esté,
cuenta las noches que faltan, esos días atrasados,
los vinos de la alegría.
Acurrúcate despacio, con ojos de primavera,
con la brisa de carmín en el último gemido,
devuélveme una sonrisa.
También guardé dos otoños, con hojas de plenilunio.
Un verso por terminar y un abismo de recuerdos.
Pedro… de momento. Mayo 2023.