Hay días que son losas, que he de colocar
en el pasillo de mi vida.
Veinticuatro horas haciendo argamasa
el alma pringada de cemento y cal.
Días sin sueldo ni descanso
sin jefe que me azuce y aun así
el látigo del tiempo chasquea en mi espalda.
He de aprender a cantar góspel
hacer de mis losas, algodón ligero
y cantar rítmicamente aquello de
" ¡Oh Jesús, oh Jesus! ".
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Me encantas! !
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Muchas gracias por tu visita y por tu amable comentario.
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