Ayer miré un instante
y yo no estaba,
caía del cuaderno al suelo
a media vuelta
para no escribirme;
detuve un suspiro
doble
hasta acabar muda
en un ánimo inevitable,
quieto;
dejé la sonrisa abierta
a sus caprichos
sin forzar nada por una vez,
hasta hoy…
y lo recuerdo todo.
.
No alcanzaba la memoria
a sufrir
ni el ánimo se resistía,
pasaba de largo
sin repetirse
con el cuerpo discreto
y algunos pasos
sin equilibrio;
calma y letargo
sin duelo,
palabras libres de carga
ajena;
y de un golpe inesperado,
todo rastro oculto
volvió intenso y decidido
a interpretarse;
Siempre es grato leer tu poesía, siempre fuente infinita de sensaciones poéticas.
Siento que este poema refleja la fugacidad de la memoria y las emociones. La brevedad de los momentos y la sorprendente reaparición de los recuerdos, transmiten una sensación de asombro y reflexión sobre la existencia y la percepción del yo.
A veces, la pluma cuando cae desprendida, no percibe el vuelo solitario , se aleja sin saber donde está, para qué…incluso no supo nunca que aire la trasportaba y otra vez pare qué, porque la memoria falla, dignamente con la autenticidad de uno mismo.Sin embargo el paisaje del dolor queda para siempre, sin participar en el acto nos convertimos en actores principales, indispensables en el reparto. A partir de ahí, las aguas tomaran sus nuevos cauces , desbocarán cuando toque …porque como bien dice nuestro amigo Domingo: es la danza de la vida.