Te veo,
a través del velo,
un cristalino empañado,
por el aliento cálido,
de tu corazón.
Un placer es sentir,
un momento,
rodeándome.
Un deseo, y un dolor,
perdóname por el vacío,
que dejo.
Lo consigues, lo que tengo,
todo lo que puedo.
Lo que controlo,
y busco en tu alma.
Un lento desvanecer,
una llama blanca.
Fuego que consume,
incluso las cenizas.
Una atmósfera solitaria,
una soledad absorta,
complacida en la caída,
y en la voluntad.
Un sentimiento es solo,
y una emoción, siento.
Pasiones que me controlan,
un desgarro, en el llamado.
Y nos necesitamos,
en la imaginación.
La oscuridad de estas calles,
y la lluvia fría,
nos necesitan.