Recreas los recuerdos,
blanco y negro…
huidizas palomas en la plaza
preludio de tu vida en busca
de quimeras que se escapan.
La mano flotando en el espacio,
el cuello abrigado a una bufanda
—siempre la garganta fue tu punto débil—
Entonces se formaban las palabras
y un gris difuminado iba creciendo,
el mundo reflejado en tu mirada.
No sabes si eres él o te han cambiado.
Rebuscas en el álbum siguiendo sus pisadas,
encuentras fotos en colores
bañadas por la luz ilimitada
de espacios abiertos sin contorno.
Y sigues sin reconocer esa mirada
que mira a lo lejos y no ve fronteras.
Época de sueños y canciones,
la vida paseaba en bicicleta
encima de los grises del mañana.