Algún día se escribirán tus pasos,
se leerá ese anhelo en tu rostro
que nos incluye a todos;
tú naciste antes de tiempo
fruto de un primer amor,
así lo vivieron,
y creciste entre relatos y sueños
que sólo se ven si miras;
tú vives a corazón abierto
en cada gota de lluvia,
en un diluvio interminable
con tu barquita;
y arriba, abajo, a los lados,
en todas partes,
tu gesto siempre brilla,
sin ti no hay familia;
el amor está en tu mirada,
en tu risa bailando la vida.
Te quiero.
Foto de mi hermana y yo
(Hoy suena “En qué nos parecemos” de Santiago Motorizado)
Me gusta mucho tu sentimiento hacia tu Sister, que es como la parte de ti que te complementa… “dicese que los hermanos entre ellos, pelean, compiten; pero que cuando el mundo les quiere arañar la espalda se juntan y se vuelven una Roca Sólida… Ellos contra el mundo”
Eso es lo que sentía entre tus versos… porque para ti sin ella y su barquita no hay familia…
Pensé que nos íbamos a la hipotética creación del mundo, pero surgió un giro en lo natural y creíble de lo consanguíneos, que llenó tu poema de una hermosura inédita. Me recordó aquel verso sencillo de Martí que dice: «… La abeja estival que zumba
Más ágil por la flor nueva
No dice como antes tumba
Eva dice, todo es Eva»
Pues sí, somos cuatro hermanos y todos contra el mundo. Eva es la mayor, yo nos veo como en una moneda, cada una a un lado, espalda con espalda, con una mano agarradas y la otra escribiendo la vida desde su barquita. Gracias, Holderlyn!