Pesa la incertidumbre de tu estadía
la ausencia de tu mirada sobre mí que parece anclada a tu pasado,
el beso de la nostalgia que acaricia mis párpados
intentando maquillar el disturbio que llevas por dentro.
Una nube negra es quien reposa al borde de mi cama,
intenta no mojar y llora en silencio para no quebrar
mis esperanzas.
Todas mis palabras se han vuelto inútiles,
pasan por tus oídos
y no llegan a tu alma.
Hay una multitud entre nosotros
yo te busco siempre
y tú buscas a otro.
Mi mente quebrantada
y con grietas aún encuentra lucidez
y mi corazón con voz de trueno
me grita que empujarte hacia el camino correcto no significa perder.
Voy a tararear en mi mente cada vez que te recuerde
Poder decir adiós es crecer.