Cúmulos de ácido ardiente
ascienden por mi garganta
sanguinolenta, reseca,
ávida de habla
de gritos,
de resumir la injusticia
en un par de vocablos,
de responder
necias alocuciones,
de defenderse
de infundados rumores,
habladurías infames,
….
mas se estanca en su mutismo,
que expresando se ahoga,
muere su discurso
en furioso mar opaco,
persiste el eco
de lo callado,
respira clamando aire,
mientras persiste
el silencio constrictor,
boa que aprieta impasible,
agonía de impotencia
silencio,
reina silencio.
Un silencio riguroso,
la avergonzada verdad
se esconde en el follaje
de venas hinchadas,
explosivas,
y agotada se reclina,
se agazapa.
Morfeo la reclama.
Así noche tras noche,
y mañana se repite
se reitera
esta pesadilla torpe,
inmunda,
piedra grávida,
rotante,
tan pesada….
Estertores de la muerte
fulminan mi voz ausente.
Checha, 12 de julio de 2020