Este aire embriagado en tu perfume
que siento al despertar
Este café de la mañana
recién hecho;
todo me habla de ti
en este rincón del paraíso
Ni el zumo dulce de naranjas
me sabe como tus besos
Me dueles en el cuerpo
en las manos, en el todo;
mi piel está aún untada de la tuya
la casa se llena de ti
mas mi soledad y yo
nos encontramos solos
Ni el ruido de estos huesos que te añoran
puede desterrar este silencio