Esta tarde vi llover,
tejidos del cañal atormentado;
sobre el pueblo ennegrecido,
cuando las mieles se le roban con descuido
Vi gente correr,
perdida entre negruras;
mientras otros corriendo,
resguardan su blancura.
¿No estabas tú?,
¿O pliegues de carbón ensombrecieron tus luces?
Dejando pájaros sombríos,
aguas cual cenizas,
patios taciturnos,
¡Oh! cuánto se te extraña álgida conciencia,
El amor es insuficiente entre cavernas,
que impiden la trascendencia.
Los antros dejaron de ser paso
del encuentro grandioso del sí mismo.
Hoy, antros de vicio, menguan el desarrollo humano
Yo no sé,
el límite de la inconsciencia humana,
que opaca las luces y abraza las sombras.
Buscando brillos como estrellas fugaces,
desolando la vida,
resquebrajando el alma.