Puse un mirador para las estrellas,
donde el tiempo no se ha roto,
un ataque de reflexión,
unas gotas de sangre,
lo exacto de un nombre juntos
El mundo no hecho para nosotros,
corta un vestido para un abrazo de viento,
la rapiña como el milagro de una casualidad,
una raíz protectora al camino,
un paisaje sepia para la foto
No recuerdo el rastrillo de incertidumbre,
ni las avenidas de otoño,
la espina tocando en el reflejo
y en el molde saturado,
hoy me salvo si te ayudo,
si me ayudas yo te salvo…
¡Qué implacable maestro que es la vida!
¡Y qué feroz vivirla sin amor!
Excelente amigo @Lubdikar .
Bien dicen que un buen principio y un buen final hacen un buen poema…siempre y cuando no estén muy separados entre sí. Aquí Ud se luce.