Las trazas de un camino tantas veces pisado, se desdibujan, pero todavía permanecen…como esas colecciones de la infancia inacabadas esperando los que faltan…
Precioso poema intimista, salió de lo más hondo.
Esa pregunta…
El tren del tiempo inexorable mientras queremos paladear estaciones -algunas en ruinas otras flamantes - que coinciden en que desaparecen nada más atisbarlas. Pero tu poema existencialista es de una lírica florida aun profundamente otoñal. Me gustó mucho. Saludos cordiales.
Como bien dices, la vida es un pregunta. Y no tenemos la respuesta.
Ahí hasta donde llega nuestra consciencia, incluso nuestra percepción de uno mismo es un misterio. ¿Quién soy o quien creo que soy?
Estamos hechos de recuerdos, quizá. Así como las piezas de un puzzle… día tras día hasta el final.
“Siempre”… se nos queda grande, pero jugamos a creerlo… sin entenderlo.
Me encantó leerte.
La vida se nos va en un abrir y cerrar de ojos: tan breve, tan efímera y me encanta ese interrogante que nos hace reflexionar cuando ya estamos en el otoño de la vida y nos preguntamos eso mismo. Me encanta leerte. Abrazos cariñosos.