Cuando el orbe, en su velo azul, brilla intermitente;
monta escenarios de luna y sol entre la gente.
Dicen que irradia espiritual luz hacia el espacio,
en haz de azurita, aguamarina y crisopacio.
Su extraño resplandor es, apenas, un prefacio,
de un mundo sombrío, que se exhibe, cual solacio.
Planeta que anida una escuela de humanidad;
tablero de ajedrez que abre duelo a la equidad.
Sed de corazones, que arremolina un presente,
saciando congoja en la luz del hiperespacio,
donde obra, ecuánime, el don de la divinidad.
Ahh que inmensidad irradian por tus planetarios versos, muy bellos y metafóricos, me ha encantado lo de la escuela de humanidad, muy bellos y universales poeta!!!Mi enhorabuena, poeta!!!
Me encantó, Silvia. No es para menos dado el esmero que pones en la estética de la palabra, para dar forma a un mensaje hondo, sabio. Maravilloso. Muy bueno.