Escribo…
Porque la vida me ahoga.
Escribo…
Porque el hoy es un mañana vivido
Escribo…
Porque los días son un suspiro y un lamento.
Escribo…
Porque quiero caminar en los minutos
y disfrutar de los segundos
que son la vida que anhelo
mientras escribo prosa y poesía.
Nuca quise ser poeta
la prosa me sedujo,
ella es lenta y caprichosa
le gusta los giros
y las sorpresas
y al final siempre deja
ese sabor de imperfecta.
Pero la poesía me eligió
para cerrar esa herida
del corazón, que se paraba
ante el fatiga de la vida
y para liberarme
se la prosa que te exige.
El poeta no canta ni relata
recita en silencio
mientras sangra y llora
por esos sentimientos
heridos en la batalla del tiempo,
mis versos no buscan perdón
ni el sosiego de mi ser,
mis poemas solo son:
ese grito a la vida,
esa caricia perdida,
ese abrazo roto,
ese beso consentido…
son esa emoción
por lo que une
ese sentimiento
que araña mi interior.
No escribo para olvidar el dolor
escribo para ensalzar la vida
para ver como en ella florece
algo más grande que yo,
escribo sin buscar gloria
ni consuelo ni perdón,
hay silencio y soledad
cuando escribo.
Escribo…
para sentirme yo mismo
en mi libertad.
Pippo Bunorrotri 07/05/25