Escribo
para salvarme del olvido.
Para salvarte del abismo
que los silencios guardan
en el cajón del tiempo.
Porque quiero acordarme
y acordarte, presente, ahora
que todo es tanto y hay tanta niebla…
Tal vez las manos tengan
una piel predilecta
para decir adiós
sin despedirse nunca.
Tal vez sólo se trate de un vagón,
huérfano de caricias
que clama y reclama
en los andenes desolados
de la escarcha,
un sorbito de amor en la penumbra,
una estocada.
Dos bocanadas de fuego
en los dedos.
Me consumo.
Me sumo a la utopía
y doy vuelta las cartas…
No estoy
y mientas tanto, a solas,
a solas con mi canto…
Poco a poco
la vela que se acaba.
Se acabó.
Ya está.
Hola, querida Lidia.
Eres muy amable.
Ojalá fuera así
Pero creo que el olvido a la larga nos cubrirá,
Te mando un abrazo grande y muchas felicidades!!!