Ante un papel en blanco
con la pluma entre mis dedos
y la amnesia del primer trazo
plasmo letras que palabras crean,
que forman frases, oraciones,
reflexiones, que axiomas
del pasado y del presente, son.
Compongo versos
que poesía procuro sean
y también de forma natural,
prosa escribo, pues
en verso son sentimientos
y en prosa alma es,
pues todo lo que escribo,
mis letras lo reflejan,
son mis sueños,
mis dudas,
mis preguntas,
mis respuestas,
mis miedos,
mis temores,
y mis sentimientos
de peregrino por este mundo.
Escribo para olvidar,
y también para recordar
lo que la vida me ha dado,
y quitado también,
pues la vida
es un dar y tomar.
Escribo porque mi pensamiento
se ahoga en el océano
de los sueños, esa quimera
de las noches turbulentas
del pesar, del abatimiento
donde la ambición y la fantasía
protagonistas son.
Escribo porque se
que el hombre se pierde
en el infinito y en la nada,
los dos extremos del bosque animado
de nuestro dichoso destino,
y quiero que mis letras
sean un grito desesperado
en el sortilegio
de un simple papel en blanco
donde quiero atrapar la palabra
antes de que se escabulla,
como un águila real,
en la cumbre nevada del olvido
donde nadie puede llegar.
Escribo porque necesito
decir lo que siento
y no puedo callar,
por que la vida es un caos
donde todo vale y nada sirve,
donde los momentos se ensortijan
en la oscuridad del resentimiento,
la apatía, el alboroto.
Y el escritor de prosa y verso
en un tris, de esos momentos
pone la ilusión y la alegría
de vivir la vida,
siendo un instante de esperanza.
Por eso escribo,
porque quiero ser el dueño
de la magia de las palabras,
diseñadas para ser leídas
y luego olvidadas,
que nacieron en un sueño
vivido y recordado
en el blanco lienzo de papel.
Pippo Bunorrotri