Fuiste Erató, mi musa lujuriosa,
entre todas la más irreverente,
sin decoro, impúdica, y la imprudente,
tan sutil y a la vez la más fogosa.
Te corona la cítara y la rosa,
tu cuerpo que me muestras indecente
memoria de la noche más ardiente,
cuando mi labio besó el de una diosa.
Impúber, juvenil y tan liviana,
me amaste sin mesura y protocolo,
suspirando en mi oído casquivana
que serías mi amante, y yo tu Apolo.
Y todo terminó por la mañana,
salió el sol, te marchaste, quede solo.
Bravo! Lo he gozado.
Pero solo has iluminado la parte erótica, recuerda que Erato es la Musa de la poesía. Por eso mi seudónimo.
Fue un placer leerte.
Saludos.
Se enmarca en el inicio de mi último libro, “Donde habitan mis musas”, y los 9 primeros poemas intentan ser una comparación entre las musas mitológicas y mis musas reales, por eso prevalece esa parte un tanto íntima, jeje.
Muchas gracias!! 
Yo quiero mucho a Erato, me inspira a diario, ya le he dedicado varías poesías.
Saludos
Bello soneto dedicado a tú musa nocturna y alegre, poeta!!!
Me encantan tus poemas… Todos! 
Es muy bello Raúl. 
Barruntamos primavera y las musas están que arden jeje.
Hermoso soneto❤
Bellísimo, es un deleite leerte. Saludos cordiales.
Jajaja, no te creas. Son poemas que ya están escritos hace tiempo. Iré publicando cada semana un poema dedicado a cada musa, de mi libro “Donde habitan mis musas”.
Un saludo, Gali.
Bravo, compañero. Me ha encantado.
