Érase un poema

Érase un poema en una
servilleta de papel;
unas letras temblorosas
sin casuística, a la vez,
unos versos malogrados
sin corona ni laurel
y unas sienes esperando
esas glosas de la nuez.

Es por eso que, las nueces,
se agitaban al cascar,
por la mano y el martillo
que azotaban su percal,
y es que al hombre, la saliva,
le costaba paladear,
y sus ojos parecían
dos bolitas de cristral.

Dos pequeñas mariposas
escapadas del azul,
de ese cielo primoroso
que vestía canesú,
y es por eso que, el poema,
se atrancaba, sin salud
y el poeta sorprenido
se rascaba la testuz.

Y es por eso, yo me acuso,
con profundo retintín
que el poema y servilleta
hoy me hicieron infeliz,
por su tono circunspecto,
que no tiene pedigrí,
y por ser unos deberes
no muy buenos de seguir.

Terminemos la parodia
y miremos hacia el sol,
esa luz que nos alumbra
y nos deja su color,
bellas letras cantarinas
en canciones y en los blogs,
que plasmaron los poetas
con esfuerzo y con tesón.

Y así fue que, aquel poema
se asomó en alguna sien,
servilletas y palabras
malsonantes del papel.

Rafael Sánchez Ortega ©
08/05/22

3 Me gusta

Geniales tis glosas Rafael. Felicidades y mis saludos atentos

1 me gusta

Gracias Lpq1950
Saludos.

Una maravilla de poema, poeta.

1 me gusta

Gracias Raulcd8