Después que mis cenizas se diluyan en el mar,
mis hijos van a seguir viviendo mi vida,
y yo voy a seguir vivo en cada uno de ellos.
Por eso me aseguraré de no dejarles dinero,
sino la habilidad para disfrutar la vida sin él.
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Buena e interesante reflexión en tan profundo epitafio, poeta!!!
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Una buena herencia y reflexión poética…
Lo material se impone, hagamos un hueco a los sueños…
Un abrazo, Carlos!
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Gracias por tus palabras estimada poeta.
Es lo esperamos estimada María. Un abrazo.
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