Entre discos y recuerdos

Guardo tus pequeñas cosas,
un viejo poema de amor;
el sitio donde el dolor
nos aguarda. Pierdo rosas,
nanas del azar, sinuosas
oquedades de la infancia;
un barrio cuya fragancia
se esfumó con el estío.
Serrat, me taladra el frío
perverso de la ignorancia.

Les sorprende mi locura,
mi obsesión por la tristeza;
la nostalgia que regresa
sin un aire de ternura.
Han deshecho mi armadura
con un golpe de traición.
Grito, pierdo la razón,
sufro un dolor que no tengo;
mas nada importa, “yo vengo
a ofrecer mi corazón.”

Y qué será al día siguiente
el alud de la existencia.
Uno, a veces se sentencia
a morir, o se arrepiente
de los sueños, de la gente.
Por favor, Víctor Manuel,
sálvame de ser infiel
de ser víctima o cautivo,
porque cada vez que escribo
“dejo sangre en el papel”

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Muy sentidos y bellos versos. Saludos cordiales.

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