Esquivo el zarzal
que crece a la vera
del naranjo.
Nunca se cansan
de caminar mis pasos.
Amarillo corazón
de la flor de un día,
blanco aroma de azahar
en la retina.
Quiso el azar que naciera
entre campos esmeralda
y un mar azul que pasea
por la orilla de la playa.
Suelo de arena y arcilla
regado por todas las risas,
por todas las lágrimas.
Tú,
que me has visto crecer
desde la semilla,
florecer en tardes de mayo
y otoñarme al soplo de la brisa,
no dejes que nada ni nadie
doblegue mis ramas,
tierra mía…
…que entre azahares y azares vaya pasando la vida.
Me alegra muchísimo que te lo parezca.
Salgo casi a diario a caminar o en bici entre naranjos y playa y no puedo más que retener el paisaje en los ojos y en las manos.
Muchas gracias
Que maravilla!! Yo estoy en proceso de búsqueda-mudanza a un pueblo.
Que curiosa la desolación de algunos de tus poemas con esto que cuentas… aunque estoy bonito Yo para hablar de oscuridades
Que te dure esa paz todo lo que desees!
Abrazo!
Me encanta! Aparte de las imágenes que dejas verso a verso, que son una delicia, la musicalidad y el ritmo que tiene el poema es maravilloso. (Y la sonoridad! Leído en voz alta que da precioso!) .
Qué gusto leerte, compañera! Ojalá pudiera entras más a menudo!