A cuento puede sonar, en este mundo la pureza,
si cada cual demostrando su más absurda destreza,
al más desgraciado y débil, va y le deja de una pieza.
Quien sabe si aqueste mundo, se ha vuelto del todo loco
que perdiendo la vergüenza, le importa nada y bien poco
que su vecino deL cuarto, hoy la palme de un sofoco.
Quizás yo con mi alegato me muestre algo indiferente,
si es que a salvo y coleando, me las veo de repente
incluso manipulando, con la fortuna de frente.