Te esperé en aquella orilla,
la más distante del punto muerto,
de la indiferencia,
del no retorno.
Te observaba allá a lo lejos
dando tumbos,
perdido el rumbo.
Intentando sonreir
desfigurabas ese rostro
tan amado en otros tiempos.
Te esperaba
con la vida goteando entre las manos
y un atisbo de futuro
escurriéndose en los sueños.
Te observé mientras dudabas
si nadabas hacia mí
o si te quedabas quieto.
Fue muy fuerte la corriente
y la distancia fue un abismo.
Me miraste desde lejos,
no alcanzabas ya mi orilla.
Fue un adiós,
no un hasta siempre
-un despegar de pieles-,
la postrera despedida
de aquel que quiso
y ya no quiere.
A veces las orillas están demasiado separadas…y no es posible la confluencia.
Precioso tu poema!!
En punto muerto es una expresión que lo dice todo.
Besitos, mi compi!
Punto muerto, dos pieles separadas cada una en su orilla de sentimientos. Qué bien transmite tu poema las emociones de la distancia del desamor. Precioso!