En las pequeñas horas

Y luego, estaba siempre la sal
el sueño de toda lágrima
o el poso del sueño inalcanzado
la hiel desde la herida densa
que vierte la propia vida
la vida propia

la percepción
constante
de un amor danzante
inabordable
que fluye y que se escapa
que se atrapa sólo a veces
sólo levemente
justo como niebla entre las manos
como el presagio perfecto
de un mundo enigmático y amable
que ocurre
sin duda alguna
en alguna parte de tu nombre
o de tus hombros
más probablemente

en las horas,
en las pequeñas horas
previas al amanecer
cuando el día se decide
en función del color cambiante de tus ojos
y la sonrisa que destellan,
soy
el viento que acompaña
tus más leves movimientos
intérprete atónito de cada gesto mínimo
los que narran la vida y sus conjuntos
y guardan la verdad absoluta
del sueño que se desvanece
como el vaho de la ventana
justo ahora
que amanece

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Pura magia. Un precioso poema.

¡Un abrazo!

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Gracias por tu lectura, @horten67
Abrazo!

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Qué hermosura, qué delicadez… precioso, compañero! Abrazo!

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Es un poema bellísimo, Javier.
Mi enhorabuena.
Abrazo.

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Me alegra mucho que te guste, @Pequenho_Ze .
Abrazo!

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Gracias, @wallacegere, por tu lectura y comentario!

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