Cuando se abren las pestañas
es cuando más oscuridad entra por las persianas,
llego a la sala, veo tu cara y deseo cerrar mis ojos con todas las ganas.
Existen pestes en mi estandarte,
la cruda verdad de estas forma parte,
mantiene mi ser con el tuyo aparte
porque partes mi corazón, y ya no puedo amarte. A ti ni a nadie.
En eventos importantes puedo tocarte,
abrazarte y fingir amarte,
solo por no tornar platicas en disparates;
pero siendo claro desearía vivir en tiempos de primates,
donde la unión familiar era algo importante,
por su contraparte, vivo pegado al cemento,
la verdad es que tú me tienes bajo el suelo.
No te quiero, es más, te detesto,
gracias a mi nacimiento
todo lo impalpable tiene texto,
le puse letras al cuerpo de un muerto.
Me convertí en la voz de los que callan,
el protagonista pero solo de la parte oscura e infame de la trama,
jamás quise formar parte de este drama,
ni mucho menos que fueras tú quien me engendraras.
A veces pienso en todo lo que el azar me privó,
cosas que mi mente no conoció,
la más significante de esas el amor,
Irónico, porque me considero a mí mismo escritor.
El entorno en que el azar me ubicó,
es el peor candidato en vista de la felicidad.
si solo hubiera sido distinto,
tendría corazón no nudos hasta dentro del intestino,
supongo que esta mierda de letra es mi destino.
el único amor que conozco es clandestino,
pues parte de un deseo de formar un uno mismo,
es que siendo un vivo-muerto deseo la muerte.
Disolver el sello de dualidad que habita en mi ser,
y recaer en un lugar donde no existan barrotes,
solo se es libre después de la muerte;
la libertad es un concepto erróneamente definido por el humano,
se debe dejar de ser humano para que el “sentido” mal empleado quede caducado, y se sea verdaderamente libre.
Todas las vistas que tengo
las mantengo por tus actos, buenos o malos.
No puedo apreciar algo que me es inaccesible,
¿qué es la vida?
interrogante solo para ojos incomprensibles.
Te callé los trastornos en la niñez,
porque tu ayuda pudo ser un ora y ten fé.
cambié el café por el licor
desde que nuestro camino se separó;
aún así abuso de tu gratitud,
dejo que me deposites tu extraño amor incondicional y virtud,
que me pagues las cuotas de la U,
junto con las del agua y de la luz;
supongo que es tu deber por darme a luz.
No pienso mostrarte esto,
hasta que cumplas tus deberes,
lo que solías decirme en tu contra.
Por si te sirve de consuelo,
pagadas tus deudas no te quiero muerta,
pero estoy seguro que en la compuerta de tu ataúd solo mostraré indiferencia.
siendo franco no veo la diferencia entre “tú viva” y “tú muerta”,
supongo que eres un asunto de poca relevancia,
no es tan malo después de todo,
puesto que, creo que, eres la culpable de que a todo no le vea importancia.
Ahora soy Nihil, “la Nada”,
ya no soy aquel niño que lloraba solo en su cama,
el popular que en el colegio solo ligaba y peleaba,
el hijo ateo que te denigraban
esos “Hermanos” tuyos que tanto adorabas,
nunca quisiste entender mis palabras,
tardaste en darte cuenta que odiaba que me involucraras
en tu vida y roles.
Nunca quise relacionarme,
desde chico lo único que quería era abandonarte,
me temo que lo único que puedo desearte,
es mi representación , para aclarte,
no te deseo un desastre,
te deseo un “nada”, repito, en mi vida ni en los deseos vengativos quiero involucrarte,
no pienso de importancia lucrarte,
te odio; pero no es nada significante,
dado que me odio a mí mismo
y a todo lo que se concede como parlante.
Esta es la última obra que te escribo,
solo para que entiendas que debes alejarte,
también como una medida de desahogarme,
todo lo que te calle te lo digo hoy a ti, madre.
