En el fondo de mí

Al fondo de mí mismo hay cuatro puertas,
la primera puerta
es la que se abre cuando cae la luz,
allí soñar es escribir en el aire
adelantarse al presente para vencer al tiempo,
encuentro lo que espero de un dado
que aún no he lanzado.

Al fondo de mí mismo hay cuatro puertas,
la segunda puerta
se abre sólo cuando comparto la luz,
sirve para apostar sabiendo que voy a perder
a querer a quién quizás aún no me conoce
a dar a quién nunca tuvo manos
y a seguir cumpliendo las promesas más antiguas.

Al fondo de mí mismo hay cuatro puertas,
en la tercera puerta
hay dos luces que iluminan el fuego
una habitación dónde sólo viven niños,
donde los días acaban a las diez de la noche
y la llave que la abre tiene
forma de un corazón de espuma.

Al fondo de mí mismo hay cuatro puertas,
en la última puerta se encierran todos los años,
en ella la luz siempre evita entrar
la suerte está ya echada
la mano que la abre, es la misma
que la que dice adiós.

5 Me gusta

Muy esotérico y misterioso tu poema…sostiene la intriga.
Saludos, Manuel.

Profundo, estos versos van más allá de lo que esperas. Intenso, me identifico con tus palabras. Gracias por compartirlo.

1 me gusta