Bosque, bosque anhelado.
Portas mil pesados frutos
a punto de caer.
Un insecto atrapado,
a punto de ser devorado.
Pájaros de la noche,
guardianes…
Murmullos, sigilo.
Una cuerda escamosa serpentea
entre la muerte de las hojas.
Crujen las ramas secas,
bajo anónimas pisadas,
y nacen esas huellas
que quizás nadie siga.
Misterio en la trama oscura
de lo que no vemos.
Elegía de las criaturas
que no podemos escuchar.
El olor del tiempo en los seres
que no logramos percibir.
Tampoco la caricia del pinar,
ni la tierra húmeda
bajo nuestros dedos…
Lo que ocurre en el bosque,
se queda en el bosque.