Y es en ese momento
que abrazando un aroma de tiempo lejano,
la cercanía se vuelve dolor dulce
o amarga alegría.
(Poner cadenas
a los recuerdos locos para no perder).
He doblado en mil pliegues
todos los retazos que me dejaste,
ahora forman parte de mis arrugas.
¡Ay, tiempo del tiempo y por el tiempo!
Madrugadas hostiles y vientos de fuego
que arrasan los pequeños terrenos
donde aún tengo mil deseos en barbecho.
¡Ay, tiempo del tiempo, ya sin tiempo!
En los ojos la amapola roja brota
y en el alma el silencio se hace eterno.