Cuando la vi por primera vez,
todo cambió,
vagué perdido en el océano
de sus ojos castaños
el tiempo suficiente
para saber
que no sobreviviría mucho tiempo
antes de caer abatido
ante el vuelo de sus pestañas.
Cuando la vi
algo en mí floreció,
decía ser libertad
mas lo que hallé en su sonrisa
fue algo más semejante
a una deseada serenidad.