Elige
Elige un mar. Tu mar.
Comprueba como trilla la marea
las huellas perdidas de las aves.
Si vienes de los campos agrietados
en una Castilla anclada de mensajes
y hasta aquí has bajado buscando una salida,
verás que todo se asemeja.
También el mar posee sus laberintos
interiores. Labra y cosecha
hinchados vientres de ausentes caracolas
entre surcos de olas agotadas.
Allá eras una estaca, un poste desnudo
en la meseta desgastada y su infinita languidez,
una insolencia tenaz contra el viento del norte.
Aquí serás una orilla sacudida en un viaje
de ida y vuelta, todo el sol en la palabra
y la vista extendiendo sus preguntas
en el infinito descampado de la espuma.
Elige el horizonte. Tu horizonte.
Todo será azul mientras lo pienses.
Dará igual donde te plantes si tus ojos cultivan
tu páramo interior y llevas su luz
pegada como un vínculo.
Si estás atado a tus paisajes los cielos se parecen.
Si está la imagen enquistada el verbo es heredado,
los cielos se repiten y tu estado se contagia
de un lenguaje que adolece de la rosa de los vientos.
Del Poemario “Como Ojo De Artrópodo” de Carlos Domingo Álavaro
Publicado en Junio 2021.
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