Se le nota desenfrenado
en una espiral de repudios,
clamando poesía.
Emerge entre la muchedumbre
esa silueta bien definida
de poeta sin poemas.
Que bebe de las aguas del rencor,
que se limpia las manchas del desamor
revolcándose en la maleza.
Ese poeta que escancia vino de cartón
en los bancos más apartados,
a las horas más intespestivas
del parque más solitario.
Ese poeta me dió un verso:
Protégelo como si fuera tuyo.
Me dijo entre lágrimas
aquella álgida mañana de enero.
Siempre hay que saber proteger lo nuestro y a veces también lo que es prestado.
Es un bellísimo poema.
Enero ya se ha ido muy rápido
cada vez la vida se va más rápido.
Bueno… disfruta de todo lo que te rodea, de cada suspiro y cada lágrima porque al final del camino y antes de abordar el tren, siempre habrá algo bueno por tanta espera.
Un poema crudo pero hermoso.
Has reflejado perfectamente cómo se puede hacer poesía incluso en las peores circunstancias y condiciones.
Me gusta mucho, Jose