El veredicto

Gotas de sangre
caen de la sospecha.

De sus finas garras
de su frío aliento.

A su paso las puertas
tiemblan, la noche no acaba.

Donde ella se detiene y señala
la muerte entra…el duelo comienza.

El tiempo pasa, el ausente
solo deja huellas en la desolación.

Todos los días, todos los años, hasta que
la vida se terminó para los que quedaron.

La eternidad del dolor impondrá
la forma de medir el tiempo.

Porque el desaparecido, no regresó.
La desaparecida se la tragó la infamia.

Luego intentarán borrar
la verdad de las tapias.

Limpiar las manchas de sangre
y que no haya muertos.

Quieren … que sus nombres ¡también!
sean clandestinos, tener al olvido de aliado.

Pero para los asesinos
la memoria tiene su veredicto.

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Un poema conmovedor sobre la lucha contra el olvido y la aplicación de la justicia.

Y dices bien, que la memoria ha de persistir como testigo y juicio de la verdad.

Muchas gracias compañero

saludos

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