El tiempo

El tiempo pasa no se detiene,
corren los días, llega la nieve,
luego, en invierno, la brisa es fuerte,
contiene abrazos del fiel nordeste,
pero es que el tiempo, con paso breve,
sigue su rumbo, vive el presente,
es campanilla con rostro alegre
y es, en la hoguera, llama candente,
días y horas que forman meses,
y en uno de ellos, quizás septiembre,
nació un poeta, hoy mozalbete,
que escribe fino, con rasgos leves,
y entre sus letras se lee y se sienten,
ciertos suspiros por mil reveses,
breves susurros de otros torrentes
que cual nacieron así se mueren…

El tiempo pasa, somos juguetes,
quizás cometas, tal vez rebeldes,
o soñadores que van y vienen
por los senderos que nadie quiere,
en una tarde pasan los trenes
por estaciones y por andenes,
vibran las vías en los salientes,
cantan los búhos en los cipreses,
todo es silencio por los hoteles,
que están vacíos y un tanto ausentes,
porque, de pronto, se ven solemnes
los atractivos de los burdeles,
luces que encantan, también que beben,
en los sentidos de tantas gentes,
que las confunden con sus placeres,
con las mentiras que ellas ofrecen…

“…El tiempo pasa, no se detiene,
lo sé y le grito, no me obedece,
pero es que, el tiempo, da mil reveses
y cuando miras ya está en poniente…”

Rafael Sánchez Ortega ©
12/04/18

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