El taxidermista

un milagro sobre la naturaleza,
un ejemplo en un libro
que coge polvo en las estanterías,
un caso aislado, una probeta,
un pájaro estrellado que ha sido perdonado
por un taxidermista;
me escondo tras el humor de una niña
pero no quiero reír por si no es suficiente,
y si algo duele puedo rugir solo si hay silencio,
y si tengo miedo soy culpable
de pensar que sería una mala bestia
y podría darme miedo a mí misma
cuando solo pertenezco a las vitrinas
y tengo las alas vendadas
mientras espero una fuerza,
cualquier corriente más grande que yo
que me haga volver al hilo y las agujas.

y todo parece idílico a mano
de mentes maestras,
pero pienso que me engañan
por tener un golpe de suerte
y vuelvo a las viejas costumbres
de pensar que nadie me querrá tanto
como para salvarme la vida dos veces;
a veces me asemejo a un coliseo romano
porque intento darme caza
y ni siquiera he visto mi sangre
encima de las mesas,
no sé dónde han ido todas las manos
que me han tocado y si se acuerdan de mí
pero hay días en los que me pregunto
si alguna vez acaban.

nunca he estado enamorada
pero esto parece un matrimonio de conveniencia,
si es tóxico no merece la pena
pero no puedo abandonar
de lo que no me puedo desprender
porque estoy en el mismo asiento que mi cuerpo
y parece que no tiene espacio para dejarme;
he vivido traiciones
que podría recitar desde las ventanas
a cambio de algo que le diese sentido,
pero ninguna tan sonora como la propia
porque parece un juego macabro
y hace de cada cosa un mundo,
porque no temo la lucha sino los desenlaces
y si hablamos de finales en mi idioma
sería como esperar la venganza de un enemigo
que espera que cometa un error.

la única imagen que tengo de mí
es el progreso de mis antepasados
y lo que no me deja dormir
son todas las cosas que no seré,
como la panacea o la solución
a todos los problemas,
es por eso que tengo prisa los fines de semana
y cada principio de mes parece el último;
dejaré a un taxidermista sin escaparate,
a una estadística sin madre,
a un libro sin palabras
y a todas las cosas que me olvidaron
porque solo dejo miedo
y un cuerpo que nunca me quiso:
los velos pesan tanto como mil coronas
y casi nunca pienso con claridad
cuando veo entre telas de sábanas muertas,
pero no hablemos de la mort todavía,
quizá pueda seguir huyendo
y despistar como una espía de la Guerra Fría
a esa mortalidad que no escapa.

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:clap: :clap: :clap: :heart:

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El poema me gustó, estos me encantaron…son duros los versos, pero su ensamblaje es perfecto en un recorrido adverso, árido .

Saludos

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Muchas gracias! :heart:

Buen poema!!
Felicidades :clap: :clap: :clap: :clap:

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Muchas gracias! :heart:

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