¡Oh, el susurro de las flores!
el lánguido latir del corazón a mitad del día
un fluir del viento que azota contra el monte
y una luz bordeando tu mirada
deslizando sus manos
por el húmedo umbral de tu cuerpo
hasta recorrerte las venas
por verdes caminos de besos
y senderos de piedra ígnea
Tenue luz que mi alma envidia
lejano como estoy de tus sueños
cetrino como los días calcinados en que lloré
a la sombra sentina del bosque
borracho de recuerdos desolados
vagando por el silencio…