El silencio se guarda para sí las mejores palabras.
El verbo que advierte tormenta.
La frase que se alimenta del amor cotidiano.
El silencio no estorba, cuando sobran susurros…
He escuchado tus lamentos
y desde tu boca viajan besos
que incitan al olvido.
Hay un te quiero paciente
que no se desvanece, ni se rinde.
Un te quiero inquieto que robas
en la comisura de los labios.
Déjame ponerle mi te quiero a tu silencio
y que vayan juntos de la mano hasta envejecer.
El silencio no tiene quien le escriba
pero mi verso…se atreve a lo prohibido.